21 abr 2011

No todos pueden

Entre los datos que ofrece el informe que Foessa ha realizado para la Caixa, evaluando la situación de las familias que habían participado en un proyecto de su obra social, hay uno que desde el mundo sanitario es importante rescatar para dar nueva luz a la idea de que en nuestro país no hay dificultades de acceso a los medicamentos:


Casi 40.000 familias han suspendido un tratamiento médico por motivos económicos


(...)

El 53% de los hogares analizados había dejado un tratamiento médico ya que no podía permitirse los medicamentos prescritos, y el 48% había interrumpido una dieta pautada por este mismo motivo.

¿Se es consciente de esto cuando se da la orden de "imprimir receta" creyendo que con eso acaba la tarea sanitaria? Porque al mismo tiempo es algo que puede ser difícil de hablar expresamente para aquel que no tiene más que unos escasos recursos económicos, puede sentirse como algo humillante...

14 abr 2011

La razón y sus límites

No estaría de más que en algún momento de nuestra formación o ejercicio profesional se nos invitara a hacer una reflexión profunda sobre la racionalidad y sus límites, así como tomar conciencia de los mitos que manejamos con tanta soltura que ni siquiera llegamos a reconocer. Porque no podemos negar que el campo de la salud está lleno de mitos, y no sólo por parte de los "pacientes", sino también por la de los profesionales: la tecnología como promesa de progreso infinito, la búsqueda de la salud perfecta, el rechazo del dolor y el sufrimiento como algo perverso en sí mismo... Por eso merece la pena leer a Edgar Morin en Los siete saberes necesarios para la educación del futuro:


"La verdadera racionalidad, abierta por naturaleza, dialoga con una realidad que se le resiste. Ella opera un ir y venir incesante entre la instancia lógica y la instancia empírica; es el fruto del debate argumentado de las ideas y no la propiedad de un sistema de ideas. Un racionalismo que ignora los seres, la subjetividad, la afectividad y la vida es irracional. La racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del arrepentimiento. La verdadera racionalidad conoce los límites de la lógica, del determinismo, del mecanismo; sabe que la mente humana no podría ser omnisciente, que la realidad comporta misterio; ella negocia con lo irracionalizado, lo oscuro, lo irracionalizable; no sólo es crítica sino autocrítica. Se reconoce la verdadera racionalidad por la capacidad de reconocer sus insuficiencias. 


La racionalidad no es una cualidad con la que están dotadas las mentes de los científicos y técnicos y de la cual están desprovistos los demás. Los sabios atomistas, racionales en su área de competencia y bajo la coacción del laboratorio, pueden ser completamente irracionales en política o en su vida privada. Así mismo, la racionalidad no es una cualidad de la cual dispondría en monopolio la civilización occidental. Durante mucho tiempo, el Occidente europeo se creyó dueño de la racionalidad, sólo veía errores, ilusiones y retrasos en las otras culturas y juzgaba cualquier cultura en la medida de sus resultados tecnológicos. Ahora bien, debemos saber que en toda sociedad, comprendida la arcaica, hay racionalidad tanto en la confección de herramientas, estrategia para la caza, conocimiento de las plantas, de los animales, del terreno como la hay en el mito, la magia, la religión. En nuestras sociedades occidentales también hay presencia de mitos, de magia, de religión, incluyendo el mito de una razón providencial e incluyendo también una religión del progreso. Comenzamos a ser verdaderamente racionales cuando reconocemos la racionalización incluida en nuestra racionalidad y cuando reconocemos nuestros propios mitos, entre los cuales se encuentran, el mito de nuestra razón todopoderosa y el del progreso garantizado."

13 abr 2011

Confusos intereses

En Público se hacen eco de una investigación aparecida en Plos Medicine sobre los posibles conflictos de intereses que existen entre las grandes fundaciones privadas, como la de Bill y Melinda Gates, que manejan presupuestos astronómicos (parece ser que mayores que la propia OMS) y algunas empresas en las que tienen participación. Lo que evidencia este estudio no es tanto grandes irregularidades sino la posibilidad de que existan, ya que no está muy claro con qué criterios se maneja el dinero. Así por ejemplo, en algunos casos la ayuda prestada ha estado condicionada a establecer una relación comercial con una empresa como Coca-Cola.

¿Cómo regular estas iniciativas, tan expuestas a intereses turbios y que actúan en un área tan sensible como es la de la salud?

10 abr 2011

Salutogénesis

A través de Juan Luís llegan dos artículos que plantean el papel que el concepto de Salutogénesis de Antonovsky puede tener desarrollado en el campo de la salud pública, como herramienta para una verdadera apuesta por la Promoción de la Salud. Ciertamente, se trata de un planteamiento que aborda las capacidades de adaptación frente a las circunstancias de la vida como eje de la salud, y el trabajo sobre estas capacidades como fundamento de la prevención, como bien ilustra la metáfora del río explicada en el artículo "ANÁLISIS DEL MODELO SALUTOGÉNICO EN ESPAÑA: APLICACIÓN EN SALUD PÚBLICA E IMPLICACIONES PARA EL MODELO DE ACTIVOS EN SALUD ":



"(En) la metáfora desarrollada por Eriksson y Lindstrom, la corriente del río únicamente se entendería, según el modelo biomédico, por su fluir hacia abajo, cuyo fin se encuentra en la cascada. Por tanto, desde esta perspectiva patogénica, únicamente se podría ayudar a las personas que ya tienen problemas para escapar por sí solos de esa corriente que les guía hacia la cascada. Sin embargo, para explicar el cambio de paradigma en el marco salutogénico, la metáfora del río es diferente. En este caso, se trataría del “río de la vida”, donde la dirección principal en el fluir del agua ocurre horizontalmente, a pesar de que a lo largo de todo su recorrido existe permanentemente un salto vertical del agua, en forma de cascada. Al nacer, las personas caen en el río y flotan con la corriente. La dirección principal de la vida no es la muerte y la enfermedad, representada por la cascada. Algunas personas nacen cerca del lado opuesto a la cascada, donde pueden flotar con facilidad, las oportunidades de la vida son buenas y tienen muchos recursos a su disposición, como en un estado de bienestar duradero. En cambio, otras personas nacen cerca de la cascada, en el malestar o enfermedad, donde la lucha por la supervivencia es más difícil y el riesgo de estar por encima del borde de la cascada es mucho mayor. El río está lleno de riesgos, pero también de recursos. Sin embargo, el resultado de la travesía a través del río de la vida se basa principalmente en la capacidad para identificar y utilizar los recursos necesarios para mejorar las opciones de salud y, en definitiva, la calidad de vida."


Pero al mismo tiempo, el modelo se ha desarrollado hasta ahora desde un punto de vista individual, lo que ha facilitado su mayor utilización por la medicinas naturistas. ¿Será posible avanzar en una línea más colectiva desde la salud pública, apoyándose en puntos comunes de otras teorías, como la de Mcknight sobre los patrimonios o recursos de la comunidad? Desde las líneas de "PATRIMONIO DE SALUD: ¿SON POSIBLES LAS POLÍTICAS SALUTOGÉNICAS?" se lanza el reto de avanzar en esta línea.



6 abr 2011

Los primeros de la clase

Genial la reflexión de Vicente Baos sobre la elección de los 100 primeros puestos en el MIR de este año. ¿Nadie de las altas instancias se ha parado a hacer un análisis como éste? Porque dice mucho de la formación que se recibe durante la carrera, sobre todo de sus carencias en cuanto a ponerla más en relación con las necesidades reales de la población. Porque de eso se trata, ¿no? De formar profesionales que puedan hacerse cargo de la atención sanitaria de la manera más eficaz e integral posible.

Mal vamos...

Autonomía y salud

Interesante reseña que aparece en El Rincón de Sísifo de un artículo que ha valorado el impacto del control por parte del paciente de un tratamiento complejo como es el de la anticoagulación:

"Recomendamos la lectura de un artículo publicado enAnnals of Internal Medicine con el título Meta-analysis: Effect of Patient Self-testing and Self-management of Long-Term Anticoagulation on Major Clinical Outcomes, que ha tenido como objetivo investigar el impacto sobre la mortalidad por cualquier causa y la reducción de las complicaciones tromboembólicas, del empoderamiento del paciente tratado con antagonistas de la vitamina K, para que autocontrole el INR y/o autoajuste la dosis de su tratamiento, respecto al tratamiento convencional. A pesar de que el meta-análisis tiene limitaciones, inherentes a la calidad de los estudios incluidos, resultareconfortante ver cómo hay evidencia de que el paciente formado, entrenado y motivado, es perfectamente capaz de controlar un tratamiento complejo como es la anticoagulación oral. Y cómo este traspaso de competencias, al beneficiario del mismo, tiene un efecto directo sobre variables de relevancia clínica y la mortalidad. Se podrá achacar que eran pacientes muy seleccionados, lo cual es cierto. Pero el camino a seguir es delegaren los pacientes, adecuadamente formados, la responsabilidad de su tratamiento, mientras los profesionales sanitarios damos un discreto paso atrás."


Visto esto, ¿para cuando reflexionamos y/o nos formamos respecto a cómo potenciarla autonomía de aquell@s que acuden a la consulta? ¿Conseguiremos encontrar un hueco para esto entre tanta farmacología e innovación técnica?

2 abr 2011

Los nadies van al médico

Imprescindible el post que publican en Médico Crítico: ¿y si la realidad no fuera la mía?

"Subir al norte y chocar contra tus párpados, que estaban cerrados sin tú saberlo. Interaccionar con 50 personas distintas cada día; tú en el rol de médico; ellos en el rol de paciente; salir de tu entorno y darte cuenta de que no estás viendo nada. Crees que tu alrededor es representativo de la realidad, pero la realidad se viste de “normalidad” cuando se muestra ante ti. Y la puta, en la consulta de su médico, deja de ser puta, y ya no se llama Leonor ni lleva una falda que empieza donde acaba. Y se maquilla para desmaquillarse...
Y el yonqui es un espectro, sin hábitos, familia ni motivos; intercambio comercial; tu asistencia por mis recetas. Corto y cambio.

Termina la consulta, sales a la calle y te las das de alternativo, de preocupado por los que viven en los límites de la marginalidad social. Esos que han estado en tu consulta pero cuyo “más allá” has ignorado (deliberadamente o no). Y hablas de Galeano, Umberto Eco o Aminata Traoré...

Y al día siguiente vuelves a tu consulta, e intercalas a la (puta) diabética con la diabética puta... pero ambas parecen iguales...

Y todo sigue igual... y tú sigues sin ver a los “nadies”...”los ningunos, los ninguneados”.

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir
de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a
cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los
nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie
derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.

(Eduardo Galeano. “Los Nadies”)."