30 dic 2010

Las donaciones son complicadas... para el que las recibe

Otro estudio interesante que hace llegar Martín Canas a través de e-farmacos, que ofrece datos concretos que ayudan a entender que la respuesta a las desigualdades en salud no se pueden arreglar a golpe de donación ni mucho menos presionados por la urgencia:

Resumen en castellano


Dar es mejor que recibir: cumplimiento de las directrices de la OMS sobre las donaciones de medicamentos entre 2000 y 2008


Objetivo

Evaluar las donaciones de medicamentos en lo que respecta a su adhesión a las directrices sobre donación de medicamentos propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Métodos

En 2009 se realizaron búsquedas bibliográficas de las publicaciones académicas y legas (artículos de revistas, artículos en la prensa, así como las páginas web del sector farmacéutico y de los donantes) para identificar los informes sobre donaciones de medicamentos realizadas desde el año 2000 hasta el 2008. Se excluyeron las publicaciones centradas en los mecanismos moleculares de la acción farmacológica, las descripciones generales de las directrices o las donaciones únicas y específicas de medicamentos anteriores al año 2000. En los casos en los que se contó con suficiente información, se evaluó el cumplimiento de cada uno de los 12 artículos de las directrices de la OMS.

Resultados

Encontramos 95 artículos en los que se describían 96 casos de donaciones de medicamentos entre 2000 y 2008, de los cuales, 50 se realizaron en respuesta a situaciones de desastre, 43 estaban relacionados con la donación a largo plazo de un medicamento para tratar una enfermedad específica y 3 versaban sobre el reciclaje de fármacos. Las donaciones relacionadas con desastres fueron menos proclives a cumplir las directrices, en particular en relación a satisfacer las necesidades de los destinatarios, la garantía de calidad y la fecha de caducidad, el envasado y el etiquetado, así como la gestión de la información. Los países receptores tuvieron que hacer frente a los costos de la eliminación de los medicamentos recibidos mediante donaciones inapropiadas. Aunque las donaciones a largo plazo fueron más propensas a cumplir las directrices de la OMS relacionadas con la garantía de calidad y el etiquetado, no siempre se ajustaron a las necesidades de los destinatarios. Por otra parte, frenaron la producción y el desarrollo farmacológicos a nivel local.

Conclusión

Las donaciones de medicamentos pueden perjudicar más que beneficiar a los países receptores. La consolidación de las estructuras y los sistemas de coordinación y seguimiento de las donaciones de medicamentos, así como la seguridad de que se realicen en función de las necesidades de los beneficiarios, mejoraran la adhesión a las directrices sobre la donación de medicamentos establecidas por la OMS.

Leer estudio original

La industria frauduléntica

A través de e-fármacos, Martín Canas hace llegar este estudio que refleja cómo se hacen las cosas desde las farmacéuticas:


La industria farmaceutica sobrepasa a la industria militar en fraudes al gobierno estadounidense

Sidney Wolfe difundió los resultados de un nuevo estudio de la organización Public Citizen.


El estudio identificó que la industria farmacéutica se ha convertido en la mayor responsable de fraude al gobierno federal, superando a la industria militar. En los últimos 20 años pagó casi 20.000 millones de dólares en multas por incumplimientos de la Ley de Reclamaciones Falsas. Más del 50% de las multas de la industria fueron pagadas por solo 4 compañías: Eli Lilly, GlaxoSmithKline, Pfizer y Schering-Plough. En promedio el 74% de las causas y los montos abonados se produjeron en los últimos 5 anos.

El estudio revela que la industria de medicamentos se ha convertido en el mayor defraudador del gobierno federal, según lo determinado por los pagos que ha hecho por violaciones de la Ley de Reclamaciones Falsas (FCA, por sus siglas en ingles), superando a la industria militar, que siempre había sido el líder. Así el trabajo observó que los casos de la industria farmacéutica dieron cuenta al menos del 25 % de todos los pagos de la FCA federales, durante el último decenio, en comparación con 11 por ciento en la industria de defensa. Las causas civiles y penales se han incrementado dramáticamente.

De la persona, la enfermedad y la autonomía

Resulta interesante la lectura de los artículos de Eric Cassell recogidos en "La persona como sujeto de la medicina", especialmente cuando se sumerge en el mundo de la enfermedad como desconexión parcial del entorno y en su triple vertiente de dolencia (alteración de la función), padecimiento (interpretación del paciente de lo que le pasa) y afección (interpretación del médico) y al abordar la mitología bioética respecto al tema de la autonomía del sujeto enfermo.

Se trata de un material estimulante, que abre a una visión más compleja y completa de algo tan común y al mismo tiempo tan poco reflexionado como es el "ser enfermo" y que puede ayudar a dialogar y debatir sobre el tema... ¿existe realmente la "persona enferma"? Yo tengo mis dudas, pero creo que aporta claves interesantes sobre la enfermedad y su vivencia.

29 dic 2010

Gervás y las vacunas

Como ha demostrado conocimiento y sentido común respecto a otros temas de salud pública, creo que es interesante leer el siguiente texto de Juan Gervás sobre la libertad de vacunación (recogido en el blog de Miguel Jara). Creo que aporta elementos sensatos a este debate en el que tan fácil es caer en posturas maniqueas:



Las vacunas tienen una historia más que bicentenaria en la que han demostrado su efectividad y su seguridad. La primera vacuna, la “vacuna” propiamente dicha, logró erradicar la viruela, enfermedad que mataba y deformaba a los humanos. En otro ejemplo, la difteria mataba a uno de cada diez enfermos antes de la vacuna y de los antibióticos. La rabia es todavía hoy enfermedad mortal sin más tratamiento que la vacunación precoz.
Toda intervención sanitaria tiene perjuicios y sólo una pocas compensan por sus beneficios. Este balance se inclinaba claramente a favor de las primeras vacunas, de las tres citadas y de alguna más, como la vacuna frente al sarampión o para prevenir la hepatitis B o contra la rubeola (que evita los daños al feto) o para evitar la parotiditis. Frente a estas enfermedades graves por su mortalidad, morbilidad y/o secuelas, como también ante la poliomielitis, los efectos adversos de las vacunas eran irrelevantes.
Los tiempos han cambiado y el campo de las vacunas se ha ampliado. Cada vez se aplican para enfermedades más infrecuentes y/o más leves y con menos conocimientocientífico. Además, se emplean nuevas técnicas para mejorar la efectividad de las vacunas, bien conservantes, bien adyuvantes, sin que se sigan a largo plazo sus efectos (o se termine aceptando su retirada, como el timerosal). Sin embargo, algunas alarmas parecen falsas, como la asociación de la vacuna triple vírica con el autismo.
Al tiempo, el costo de las nuevas vacunas es de tal calibre que ya es historia la crisis de los noventa del pasado siglo, cuando en EEUU hubo escasez de algunas vacunas básicas, como la antitetánica, por su falta de beneficio comercial. En el siglo XXI las vacunas se han convertido en un próspero negocio que logra hacer “pasar” de lo público a lo privado a personas clave.
Las vacunas recientes han sido rechazadas por parte de la población, a la que se ha atemorizado mediante mecanismos múltiples para lograr su participación. Son buen ejemplo de estas políticas irresponsables las vacunas contra el virus del papiloma humano y la vacuna contra la gripe. En el caso concreto de la gripe A de 2009-10 la situación rozó lo esperpéntico, con contratos nunca desvelados entre el Gobierno y los laboratorios farmacéuticos.
Plantean dudas las vacunas contra el neumococo, el rotavirus, el Haemophillus influenza, el meningococo y la varicela. Con todo, estas vacunas pueden tener sentido en alguna situación o caso clínico concreto.
En otras, como la vacuna contra la gripe y la vacuna contra el virus del papiloma humano, se desconoce el valor de la inmunidad natural y la efectividad de las vacunas (su fundamento científico es lamentablemente endeble).
Las vacunas no son obligatorias en España. Existe legislación que prevé su aplicación obligatoria, pero ensituaciones excepcionales. Sin embargo, tienen razón quienes abogan por la libertad de vacunaciónrespecto a que de facto el calendario vacunal infantil se presenta como necesario para múltiples acciones, desde inscripción en guarderías/escuelas a viajes. Otro tanto sucede con ancianos en situaciones como asilos/residencias, e incluso para el personal sanitario (por ejemplo, respecto a la vacuna contra la gripe). Esabsurdo pretender imponer a la fuerza las vacunas, y ello genera rechazo y descrédito, como su presentación tipo “medicamentos milagrosos”.
Quienes rechazan las vacunas se “aprovechan” de la inmunidad de rebaño que provoca el uso masivo de las mismas. Por ejemplo la poliomielitis disminuye también entre los no vacunados por la protección que conlleva el que la mayoría se vacune y eso dificulte la circulación del virus de la misma. Los no vacunados actúan de “gorrones” pues disfrutan de los beneficios sin estar expuestos a perjuicios. Por esta cuestión ética su actitud es reprobable desde el punto de vista de los vacunados. Y en la práctica deberían aceptar al menos las vacunas básicas mencionadas y las que no conllevan inmunidad de rebaño, como la antitetánica.
En todo caso, el principio ético de la autonomía exige que se informe detalladamente de beneficios y perjuicios a los padres y adolescentes (en el caso del calendario infantil) y a las personas a vacunar en general para que puedan tomar una decisión apropiada. También conviene señalar los frecuentes fallos de las vacunas,cuya aplicación nunca conlleva inmunidad completa para siempre. Es este consentimiento informado (no simplemente “firmado”) el que podría dar razón a los que defendemos las vacunas como un tesoro que no conviene dilapidar, ni con engaños ni con su ampliación sin límites y por intereses comerciales.

24 dic 2010

Nada es inocuo... el paracetamol tampoco

Después de haber recomendado a diestro y siniestro el uso del Paracetamol para evitar los "terribles" peligros de los AINEs, creo que viene bien darse una vuelta por la web de El Supositorio y repensarse el tema, o al menos, ser más cauto. Copio la reseña, que a su vez cita a otros...

Feralganes y catiles de 1 gramo



A raíz de la publicación en el BMJ de un artículo breve refiriendo dos casos de insuficiencia hepática por paracetamol a dosis máximas en pacientes de bajo peso, los amigos de Hemos leído han publicado un comentario sobre la utilización de la dosis máxima recomendada de 4 gramos por día en nuestro país. La dosis de 1 gramo por comprimido entero, efervescente o sobre se ha popularizado en nuestro país de la mano de dos populares marcas. De una de ellas, precisamente la única dosis financiada por el SNS es la de 1 gramo, habiendo pasado a especialidad publicitaria el resto de dosis.
El consumo de paracetamol es masivo en cualquier país desarrollado. En España, según elObservatorio del Uso de Medicamentos de la Agencia Española del Medicamento con datos hasta 2006, el consumo en DDD se ha triplicado entre el año 1992 a 2006. 
Desde hace muchos años, se viene advirtiendo sobre la necesidad de minimizar el posible daño hepático de este medicamento al ser consumido por grandes poblaciones heterogéneas, en peso, hábitos y a cualquier edad. En el 2009, la FDA publicó un informe, que en Hemos Leído recuerdan, donde se efectuaban recomendaciones muy adecuadas a este problema. La falta de difusión y de aplicación de estas recomendaciones son un buen ejemplo de cómo la difusión de buenos documentos, que deberían modificar las pautas de muchos prescriptores, no se conocen y pasan al olvido. Una labor de las agencias reguladoras y de la gestión de los servicios sanitarios sería destacar este tipo de informes, y difundirlos de una manera que lleguen a todos. ¡Esfuerzo e imaginación, amigos gestores sanitarios, a todos los niveles!
-  limitar la dosis máxima por toma en adultos a un máximo de 650 mg.
disminuir la dosis máxima diaria en adulto de 4000 mg a no más de 3250 mg(menor en caso de consumo crónico de alcohol).
- limitar los comprimidos de liberación inmediata para adultos a dosis de 325 mg.
- limitar las formulaciones líquidas pediátricas a una única concentración media.
eliminar el paracetamol de las asociaciones con otros medicamentos
- utilizar en el etiquetado fuertes advertencias sobre las dosis a utilizar .

Rafa Bravo en 2006 ya nos avisaba de este problema. 

Es un tema que no debe caer en el olvido. Todos debemos revisar nuestra actuación y evaluar en los pacientes las dosis que están usando de forma aguda o crónica y tener en cuenta todas estas recomendaciones. 

8 dic 2010

¿En qué curamos?

Georges Cangilhem es un filósofo francés que ha profundizado en historia de la ciencia y ha aportado un revisión muy interesante sobre la medicina (de la que ha sido estudiante también) y la relación médico enfermo. El problema es que muchos de sus escritos están dispersos, por lo que no es fácil acceder a ell@s. Por eso es interesante revisar la recopilación de artículos recogidos en Escritos sobre la medicina, entre los que figura uno de los más conocidos, La salud, concepto vulgar y cuestión filosófica, y otro que me parece especialmente interesante: ¿Es posible una pedagogía de la curación?


En este artículo revisa los diferentes enfoques de médico y enfermo alrededor de la curación, si esta juega un papel central en la relación y qué es lo que se puede elaborar alrededor de este concepto del que tanto se habla pero al mismo tiempo tan esquivo. Porque es difícil definir qué es curación, de ahí el desencuentro posible entre profesional y demandante. Sin embargo, si se transciende el término y se enfoca sobre la dinámica de encierro y empequeñecimiento que conlleva la enfermedad frente a la posibilidad de abrir pequeños espacios de libertad y autonomia, el terreno se despeja, creo yo, junto con la posibilidad de construir un camino junt@s en este sentido.

Ahí van algunos fragmentos:


Considerada como un acontecimiento en la relación entre el enfermo y el médico, la curación es, a primera vista, lo que el primero espera del segundo, pero no lo que obtiene siempre de él. Existe una discordancia entre la esperanza del primero, fundada sobre la presunción de poder, fruto del saber, que atribuye al otro, y la conciencia de los límites que el segundo debe reconocer a su eficacia. (...) De todos los objetos específicos del pensamiento médico, la curación es el que menos ha ocupado los médicos. Pero esto también sucede porque perciben en la curación un elemento de subjetividad, la evaluación del beneficiario, mientras que, desde su punto de vista objetivo, la curación es vista por ellos en el eje de un tratamiento validado por el recuento estadístico de sus resultados.

(…)

Para el enfermo, la curación es lo que la medicina le debe, mientras que, todavía hoy, y para la mayoría de los médicos, lo que la medicina debe al enfermo es el tratamiento mejor estudiado, experimentado y ensayado hasta el presente. De ahí la diferencia entre el médico y el curandero.

(…)

En la óptica del psicoanálisis la curación pasaba a ser signo de la capacidad, reconquistada por el paciente, de poner fin él mismo a sus dificultades.

(…)

Si el incremento de la duración de la vida viene a confirmar la fragilidad del organismo y su deterioro irreversible, si la historia de la medicina tiene por consecuencia abrir la historia de los hombres a nuevas enfermedades, ¿qué es la curación? ¿Un mito?

 (...)

Desde el punto de vista de la práctica médica, fortalecida en su cientificidad y en su tecnología, muchos enfermos se contentan con menos de lo que se estima debérseles, y otros se niegan a reconocer que se ha hecho por ellos todo a cuanto tenían derecho. Pues salud y curación pertenecen a un género de discurso distinto de aquel cuyo vocabulario y sintaxis se aprenden en los tratados de medicina y en las conferencias sobre clínica.

(...)

No se puede concebir la relación del médico con el enfermo al modo de la que habría entre un técnico competente y un mecanismo averiado. Y sin embargo, la formación de los médicos en la universidad los prepara muy mal para admitir que la curación no depende de intervenciones de carácter exclusivamente físico o fisiológico. No hay para los médicos peor ilusión de subjetividad profesional que su confianza en el fundamento estrictamente objetivo de sus consejos y acciones terapéuticos, o que el desprecio o el olvido autojustificativo de la relación activa, positiva o negativa, que se establece necesariamente con el enfermo. (...) Pareciera urgente interrogarse sobre el lugar que la atención concedida por un médico singular a un enfermo singular pretendería tener aún en un espacio médico ocupado cada vez más, a escala de los llamados países desarrollados, por los equipamientos y reglamentos sanitarios y por la multiplicación programada de las "máquinas de curar".

(...)

Las enfermedades del hombre no son sólo limitaciones de su poder físico, es un drama de su historia. La vida humana es una existencia, un ser-ahí para un devenir no preordenado, obsesionado por su fin. Así pues, el hombre está abierta la enfermedad no por una condena o por un destino, sino por su simple presencia en el mundo. Desde este aspecto, la salud no es en absoluto una exigencia de orden económico que deba hacerse valer en el marco de una legislación, es la unidad espontánea de las condiciones de ejercicio de la vida. Este ejercicio (...) encierra el riesgo de fracaso, riesgo del que ningún status de vida socialmente normalizado puede preservar al individuo. El seguro de enfermedad inventado e institucionalizado por las sociales industriales  encuentra su justificación en el proyecto de suministrar al hombre, ante la certeza de que los eventuales déficits económicos serán compensados, confianza y audacia para aceptar tareas que suponen siempre, en algún grado, un riesgo para la vida.  Conviene, pues, trabajar hoy para curar a los hombres del miedo de tener que esforzarse eventualmente por curarse, sin garantía de éxito, de enfermedades cuyo riesgo es inherente al goce de la salud.

(…)

Un organismo sano se concilia con el mundo circundante a fin de poder realizar todas sus capacidades. El estado patológico es la reducción de la amplitud  inicial de intervención en el medio. (... ) Si se entiende por curación el conjunto de procesos por los que el organismo tiende a superar la limitación de capacidades a que obligaría la enfermedad, preciso es admitir que curar es pagar en esfuerzos el precio de un retraso en la degradación. "A menudo el paciente se encuentra ante una alternativa determinada por las modificaciones causadas por la enfermedad; puede elegir entre un achicamiento del medio cuya consecuencia será una pérdida de libertad, o un achicamiento menor que significará, en cambio, un sufrimiento más grande. Si el enfermo es capaz de soportar un sufrimiento más grande, sus posibilidades de acción aumentan; el sufrimiento disminuiría gracias a la terapéutica médica, el junto con ello disminuirían sus posibilidades de acción".

 (...)

Aprender a curar es aprender a conocer la contradicción entre la esperanza  del día  y el fracaso final. Sin decirle "no" a la esperanza del día. ¿Inteligencia o simplicidad?

27 nov 2010

Vacunas, ¿obligatorias?

Aunque la vacunación no es obligatoria en nuestro país, en determinados casos de alerta sanitaria se puede imponerla a la población que se considere necesario. Este parece ser el caso en Granada, donde ha surgido la alarma por un brote de sarampión que ha llevado a un juez a dictaminar la vacunación obligatoria de l@s niñ@s de un colegio infantil que no habían sido vacunad@s por sus padres/madres. No queda muy claro el porqué en este centro había tant@s niñ@s sin vacunar, en algunos casos puede ser por dejadez, pero en otros se trata de una decisión consciente que toman los padres/madres creyendo que es lo mejor para su hijo.

El movimiento por la libertad de vacunación (es decir, para que se elija libremente si vacunar o no) no es muy fuerte en España, y lo poco que he leído no me ha convencido por presentar algunas lagunas en los datos que ofrecen. Sin embargo, creo que efectivamente much@s de l@s padres/madres toman la decisión de no vacunar después de haberse informado y estudiado el tema lo mejor que han podido, posiblemente más que aquell@s que simplemente nos limitamos a seguir las directrices de los calendarios de vacunación sin saber muy bien en qué se basan. Y así, cada vez se van colando más vacunas, bajo la premisa de que cuantas más mejor... ¿y así hasta cuándo? ¿habrá algún límite para el número de vacunas que se podrán poner a un niño? ¿Están todas las vacunas igual de justificadas? Me da a mí que no...

El caso es que la ley se pone de parte de la ciencia, autorizando incluso la intervención de las fuerzas del orden para forzar la ejecución de la vacunación si los adult@s responsables se siguen negando a ella. ¿Se imaginan la situación que podría llegar a producirse?

Al mismo tiempo, no me queda muy claro el beneficio que esta vacunación va a suponer para la salud pública, sobre todo cuando el brote ya está en marcha y  gran parte de la población ya está vacunada o puede (y va a) buscar otros medios para evitar el contagio. Y al pensar en los inconvenientes, se consideran tan sólo los riesgos de la vacunación, pero no se tiene en cuanta lo que supone la imposición por encima de la patria potestad. ¿De verdad es la situación tan grave como para decidir atropellar las decisiones libres e informadas (aunque sea por medios que puedan no convencernos) de adult@s que quieren actuar responsablemente respecto al cuidado de sus hij@s?

23 nov 2010

Investigando la gripe A

Se puede mezclar la risa con la reflexión y la denuncia, y queda un producto la mar de entretenido y al mismo tiempo útil de cara a conocer más como marchan las cosas. Así pasa por ejemplo con el programa de Salvados de la última semana, en el que Jordi Évole busca revisar que ha pasado con la terrible pandemia que amenazaba el mundo en el 2009. Para eso pregunta a gente bien informada, como Miguel Jara y Juan Gervás.

Para quién quiera verlo, acá está el programa completo

22 nov 2010

Desigualdades vs Dignidad... No es lo mismo, no es igual

Al final las Jornadas PAPPS-PACAP sobre Desigualdades en Salud fueron muy interesantes, y creo que consiguieron abrir horizontes y aclarar conceptos. Porque es verdad que muchas veces en estos temas terminamos usando las palabras como si no significaran nada específico, y da lo mismo desigualdad que injusticia, pobreza que exclusión, etc... Y realmente cada término tiene sus matices y su campo propio, que es conveniente remarcar para tener claro de qué se está hablando realmente.

A mi me ocurrió con el tema de la desigualdad social y la pobreza. Al hablar de lo primero me refugio en este segundo campo, como si fuera el único o el más importante donde se lucha contra la desigualdad. Sin  embargo la desigualdad se asoma por otros lados, y no sólo desde los últimos en la escala social. Tanto a nivel de identidad, de género, de origen, etc. se producen desigualdades que pueden ser igualmente injustas. Aunque al mismo tiempo sigo creyendo que, para entender bien las dinámicas de desigualdad e injusticia que se dan en nuestras sociedades, poner el foco en aquellos que la sufren de manera más importante puede ayudar a desentrañar bien qué mecanismos se ponen en marcha y así poder abordar vías de promoción no sólo para éstos, sino también para l@s que se encuentran en situaciones menos agudizadas.

Efectivamente, la lucha contra la desigualdad no es lo mismo que la lucha contra la pobreza. La primera pone el foco en disminuir las diferencias entre l@s grupos sociales, mientras que la segunda se preocupa porque nadie viva con menos recursos de los imprescindibles. Juegan partidas diferentes, ambas fundamentales y complementarias, pero diferentes. Así, luchando contra la desigualdad puede parecer que se ha avanzado mucho aunque haya un pequeño porcentaje de personas que sigan viviendo en la miseria. Y luchando contra la pobreza se puede caer en creer que todo va bien simplemente mirando el estado de l@s más pobres.

¿A qué apostar? ¿Cuál es la clave del verdadero desarrollo? Ambas parecen fundamentales, pero a la hora de fijar prioridades en nuestra búsqueda hacia una sociedad mejor, ¿por donde tirar?

El campo de la desigualdad en principio nos afecta a tod@s, con lo que parece que se corresponde con una visión más global de la realidad social.

Sin embargo, una vez que se tiene contacto con aquell@s que viven en situaciones de miseria, cuesta renunciar a luchar con ell@s por revertir su situación y la de tod@s l@s que viven realidades similares. De alguna manera, duele tanto asomarse a la injusticia de aquel cuya vida, tan destrozada por todos lados, cuesta creer que merece la pena... que se hace muy difícil apostar por una sociedad en la que se acepte que algunos tengan que vivir de manera miserable, aunque el conjunto vaya a mejor. De alguna manera, la clave de la lucha que se emprende en este caso es "que nadie se quede fuera".

Es cierto que trabajar sólo con estas personas no conduce más que su aislamiento y a potenciar su dependencia y su sensación de incapacidad. Aparte de su papel para anestesiar conciencias. No tiene sentido. Pero también es verdad que si en cada proyecto de desarrollo no aparece como clave la apuesta por incluir en él a tod@s, sin excepción, al final se terminará trabajando más con aquell@s con l@s que es más fácil, es decir, l@s que están en situaciones intermedias, o al menos no tan mal como otros (por ejemplo, con los Objetivos del Milenio de reducir la pobreza a la mitad, ¿que mitad es la que puede promocionar más fácilmente? Posiblemente la que se encuentra en una situación de menor pobreza relativa. ¿Qué pasa con la otra mitad? Mejoran las estadísticas, pero ¿y la vida de esta gente? ¿No puede pasar esto mismo en nuestros procesos de desarrollo comunitario, alimentad@s por l@s más dinámicos y que pueden tender a evitar a aquell@s con más dificultades para participar?). Porque, efectivamente, trabajar porque nadie se quede fuera requiere un esfuerzo tremendo, y de tod@s. Pero los efectos también serán para tod@s, y no sólo para el que está en el último lugar. Si no se hace así, éste cada vez estará más lejos de l@s demás, en una situación más irrecuperable y rompiendo más violentamente la dinámica mayoritaria.

Una clave que creo que da un poco de luz en este asunto es la de la dignidad. Apostar porque nadie se vea obligado a vivir de manera indigna, o que no sea tratado de manera indigna en ningún momento por otr@s. La ventaja que conlleva es que no hay términos medios, no se trata a nadie con más o menos dignidad, es blanco o negro, sí o no. Y una sociedad en la que sus ciudadanos viven dignamente debe luchar por asegurar la dignidad de tod@s para que ésto sea real, no hay medias que se puedan sacar para adornar el asunto.

Para hablar de las claves en el cuidado de la salud, tras varios años de experiencia en el terreno y en la gestión sanitaria, François-Paul Debionne recoge su experiencia y reflexión en un libro que llama "La Santé passe par la dignité", es decir, La Salud pasa por la dignidad. La dignidad es así algo ineludible, que si no se da afecta a la propia posibilidad de vivir y/o construir la salud. Es una condición previa, necesaria, no la única, claro está, pero si clave al hablar de aquell@s que viven en situaciones de miseria y exclusión.  El autor del libro lo explica así "El camino que conduce a la salud pasa en un primer momento por la preocupación por el respeto de la dignidad de todo ser humano, por la consideración a la que tiene derecho, sean cuales sean las condiciones en las que vive. Tener en consideración a cada uno quiere decir tomar en cuenta su reflexión, su experiencia, reconocerle como interlocutor válido para construir un futuro mejor"


Vivir con dignidad. Ser tratado dignamente. No un@s cuant@s, ni siquiera la mayoría.

O tod@s, o...

20 nov 2010

Desigualdades y (Pro)vocación... Respuestas y Demandas

La pobreza y la exclusión son realidades cuya existencia no se puede negar hoy en día en nuestras sociedades. Igual que no se puede negar que hay mucha gente que se queda fuera de los dispositivos enfocados a la "población general". Y claro, eso preocupa. Así que desde las instituciones encargadas del tema se van dando respuestas a estas realidades, en general a través de dispositivos especiales que trabajan con colectivos específicos: drogodependientes, trabajadoras del sexo, migrantes, habitantes de barrios de chabolas...


Pero, estos dispositivos tan especiales y específicos, ¿al interés de quién dan respuesta? 

Porque cuando se pregunta a aquell@s que viven en situaciones de pobreza y/o exclusión, ¿cuál es su demanda?

En la investigación que realizamos con personas con infección por VIH en situación de exclusión social, los puntos clave que destacaban como fundamentales en la atención sanitaria eran los siguientes: 
  • Las características que se le piden a una estructura asistencial sanitaria, son fundamentalmente:
        • Flexibilidad
        • Accesibilidad
        • Facilidad en los trámites administrativos
        • Continuidad en el tiempo
        • Asistencia competente y multidisciplinar.
  • Las características que se le piden a los profesionales sanitarios son fundamentalmente:
        • “Ganas de atender”  
        • Trato amable
        • Accesibilidad
        • Capacidad de escucha y de profundización en diversos aspectos de la vida
        • Que sepa generar esperanza en momentos determinados.
No parece que demanden cosas muy diferentes que las de cualquier otra persona, ¿no? El reto está en buscar como desde los dispositivos de Atención Primaria, que son los que, al menos en la teoría, más concuerdan con estas características, se consiguen crear las condiciones que permitan que también "los excluidos" puedan estar presentes y ser tratad@s como un@ más, es decir, adecuándose a sus características personales y sociales.

Porque los dispositivos específicos lo único que hacen es poner parches, respondiendo a la necesidad de la institución de tapar los puntos de fuga por los que se arroja a aquell@s que no tienen espacio dentro de "lo normal". 

Desigualdades y (Pro)vocación... El poder

Quizás este campo sea una de las claves en cuanto a las relaciones de desigualdad, y que más distorsionan la atención a personas que viven en situación de dificultad social.


Pero, ¿en qué consiste este poder? ¿Cómo se constituye? En este sentido creo que es bastante ilustrativo seguir los pasos de Pablo Población que, frente a la clásica visión del poder como opresión ejercida por el que está en situación ventajosa, ofrece una visión que me parece más completa, y que en el caso concreto que nos ocupa se podría ejemplificar de la siguiente manera:
  • El Poder de Arriba: El que nos resulta más fácil de identificar a primera vista, y que podríamos reconocer en el profesional o dispensador de la atención, y que en el caso de la atención sanitaria implica la capacidad de definir qué es lo bueno y qué es lo malo, qué es lo saludable y qué lo enfermo; exigir y/o controlar que la conducta se adecúe a estos parámetros y actuar en consecuencia si esto no se consigue. Ejemplos en este sentido hay muchos, pero uno especialmente claro y doloroso en el caso de las familias en situación de pobreza es el de la amenaza de retirar la tutela de los hijos si no se siguen las normas consideradas "mínimas" para ellos. Ahí van tres testimonios que reflejan tres casos diferentes y las consecuencias que puede tener el utilizar este arma, supuestamente en beneficio del menor, finalmente en perjuicio de este y de su familia.
    • "Carola llevó a su hija que se había caído y roto el brazo. Ahí le pusieron una escayola a la niña, pero también amenazaron a Carola con quitarle la niña si se le pasaba algo de nuevo. Total que no ha vuelto al hospital y le ha quitado ella misma la escayola." 
    • "Cuando nos dimos cuenta de que Juan tenía granos de varicela, le propusimos a su madre que fuera al médico. Pero la abuela dijo que no, porque les iban a quitar el bebé"
    • "Maruja llevó a su bebe de pequeño al pediatra. Éste le dijo que el niño estaba desnutrido y que si seguía así la próxima visita, avisaría a la asistenta social. Maruja no volvió a llevarlo, por miedo a que le quitaran su hijo"
  • El Poder de Abajo: también desde una posición desfavorable se puede ejercer el poder, no se está en la impotencia, ni mucho menos. Lo único es que están a mano otras herramientas, como el tratar de movilizar sentimientos, generar compasión, amenazar con situaciones dramáticas, apelar a la responsabilidad de la otra persona... Una muestra de que este poder es real se manifiesta en la reacción que despierta frecuentemente en el que atiende, que se refugia en la distancia profesional o en las normas para no dejarse llevar por la emoción y no dar más de lo estrictamente necesario. 


Este juego de poder tiene unas consecuencias claras. Quizás la principal entre ellas sea cómo afecta a la capacidad de la persona en situación de pobreza y/o exclusión social para decidir de manera autónoma sobre su propia vida y la de los suyos. ¿Porqué se da esto? De nuevo volvemos a necesitar diferenciar distintos aspectos del poder:

o   Poder sobre, entendido como el que se ejerce sobre otro(s) para conseguir que actúen como deseamos. En este sentido, las personas que viven en la pobreza ven como desde esta dimensión del poder se incide de manera especial en ellos. Por un lado porque al ser considerad@s como población en riesgo, la consecuencia clara es que hay que vigilarlos e incluso actuar mediante la fuerza si es preciso (retirada de l@s niñ@s, por ejemplo); por otro, porque al recibir ayudas de distinto tipo estas suelen venir condicionadas: para seguir recibiendolas hay que cumplir unas normas, unas más “evidentes” para el resto de la población (llevar a l@s niñ@s al colegio), otras más “fuertes” si las pensamos en profundidad (se termina imponiendo una planificación familiar "casi" obligatoria, remarcando a la mujer que "tú no puedes tener ya más hijos, ya tienes demasiados")

o   Poder para, relacionado con las capacidades, con el enfrentarse con garantías a los retos que se vayan presentando. En este caso, esta dimensión del poder se ve afectada por las dificultades materiales concretas, por el continuo señalamiento como incapaces, el subrayado que se realiza sobre sus fallos y sus errores, marcándoles como los culpables de la situación que viven. Así, su vida se construye frente al sentimiento de humillación, de ser diferente, con límites muy claros frente a "los normales", aunque al mismo tiempo se les pide que se comporten como éstos. 

Poder, ser capaces, disponer de espacio y tiempo, de fuerzas, de apoyos, liberarse de presiones...

17 nov 2010

Vida, Inmunidad, Medicina...

Resulta muy interesante la lectura de Bios, de Roberto Esposito, y más aún si dejamos que las preguntas y los planteamientos de fondo que van surgiendo a lo largo del texto vayan conectando con la realidad concreta de la atención sanitaria que practicamos o recibimos, según el caso.

El libro realiza un recorrido por los pensadores que se han preguntado por la relación entre vida y política, siguiendo la pista de Foucault, Nietzsche y otros muchos autores, y también por las prácticas históricas que han llevado esta dialéctica vida-política a sus límites, como ocurrió en la Alemania nazi. Porque en contra de la imagen que tradicionalmente se ofrece de este régimen como de un sistema basado en la muerte y el exterminio, Esposito plantea que tenía más que ver con los demás regímenes políticos del último siglo de lo que nos gustaría reconocer. ¿Cómo se explica esto? A partir del modelo inmunitario, que plantea que al poner la protección de la vida en el centro de la política, sobrepasado un umbral, el sistema defensivo puesto en marcha puede atacar al propio organismo hasta destruirlo, como ocurre también en las enfermedades autoinmunes. Así, en la Alemania dominada por Hitler la preocupación por cuidar la vida del pueblo alemán llevó a destruir a aquell@s identificados como agentes infecciosos dispuestos a destruirla, y el sistema puesto en marcha generó una dinámica de muerte que se llevó por delante todo el país.

¿Qué relación tiene esto con la práctica médica cotidiana? Algunos elementos son más evidentes, sobre todo en estos tiempos en los que ya se aborda más claramente el problema de la medicalización de la sociedad y de  la creación de enfermedades inexistentes (disease mongering), o el de la prevención cuaternaria de la que tanto habla Gervás. En este sentido resulta interesante asomarse a articulos como el de Limitation of Diagnostic Effort in Paediatrics, de Carmen Martínez González, donde reflexiona sobre las consecuencias psicosociales que puede tener el adjudicar etiquetas que son reconocidas como enfermedades sin aportar ningún beneficio en términos de manejo y/o tratamiento para la persona diagnosticada . Y como esta marea de enfermedades y pre-enfermedades suele venir acompañada por una avalancha de datos de difícil digestión, no está de más aferrarse a los esfuerzos que algun@s realizan para rescatar y aclarar la poca evidencia real que existe en muchos de los campos donde más campaña se hace. En este sentido es ejemplar la valoracíon crítica sobre las cifras mágicas en la prevención farmacológica de la enfermedad cardiovascular y de fracturas que realizaron un@s compañer@s de Castilla-León.

Pero más allá de este campo más trabajado, sigue faltando una reflexión más a fondo sobre cuál es el verdadero papel del sanitario. Resultaría especialmente interesante reflexionar sobre ese término tantas veces utilizado pero en el que no se suele parar mucho: la vida. Se dice que l@s médic@s tenemos "la vida del paciente en nuestras manos". Sin embargo, no dedicamos mucho tiempo a indagar sobre este aspecto, mientras que nos esforzamos en perseguir enfermedades y alejar la muerte, esa de la que tampoco gusta mucho hablar, pero de la que parecemos saber mucho más, o al menos tenerla mucho más en cuenta.

En Bios se apunta el pensamiento de Nietzsche sobre  la dialéctica entre el impulso vital de expansión, de salir hacia fuera, de crecer (lo que llamó la voluntad de poder) y el instinto de supervivencia, de autoconservación. De alguna manera son dos fuerzas que chocan repeliéndose, pero que se necesitan mutuamente al mismo tiempo. Sin supervivencia, la vida no puede expandirse al desaparecer, pero sin el impulso de crecimiento, de expansión, la vida termina encerrándose sobre si misma y perdiendo su energía, asfixiándose.

De alguna manera, el conocimiento médico ha profundizado mucho en cuanto a la conservación de la vida. La  vida entendida como superación de límites, como crecimiento (no ya de factores poblacionales, sino de la propia persona y la comunidad), como expansión, ha quedado como algo secundario, incluso banal. La lucha contra la enfermedad y la muerte ha ocupado el primer plano, y ha terminado justificando cruzadas reglamentadoras, planes para imponer estilos de vida, especialistas a costa de la sensación de ignorancia del que acude a ell@s...

Y así, hemos ido encerrando, aprisionando, no ya la muerte, sino la propia vida, generando dependencias, impotencias, miedos, inseguridades...

En nombre del cuidado de la vida, la terminamos anulando.

Ojalá algún día alguien salga de la consulta diciendo "¡Esto es vida!". Pero hoy por hoy parece difícil de imaginar, ¿no?

11 nov 2010

¿Qué es lo atípico?

El mundo de los antipsicóticos, o mejor llamados neurolépticos, participa del misterio que rodea al trastorno mental psicótico. Llevo años queriendo entender cómo funciona y cómo utilizarlos, y no me llega a quedar claro. Ahora, por fin, leyendo la entrada de El curioso (y costoso) caso de la atipicidad aparecido en postPsiquiatría entiendo mejor mi desconcierto... porque es díficil comprender cómo se puede armar un negocio tan potente sobre bases tan poco sólidas.

9 nov 2010

Un ejemplo a seguir

Antes de empezar a informar sobre otras cosas, hay algunos pasos básicos que no siempre (o no para tod@s) son tan fáciles de dar. Por eso es fundamental que se generen herramientas para facilitar cosas fundamentales de cara a poder ejercer el derecho al cuidado de la salud. Un buen ejemplo de esto es la Guía de Derechos Sanitarios y Médicos para personas con y sin papeles realizada por la Oficina de Derechos Sociales de Seco, que aunque se hizo en el 2008 sigue siendo útil.

7 nov 2010

Desigualdades y (Pro)vocación... Ampliar la mirada

Cuando entra por la puerta de la consulta alguien cuya vida es una lucha continua para no caer vencido por la desesperación o la impotencia a la que le condena la pobreza, para seguir en pie buscando de vías de supervivencia lo más dignas posibles para el/ella y l@s suy@s, es realmente difícil "centrar el tema". Sin embargo, muchas veces ese el gran esfuerzo que hace el sanitario, rebuscando entre l@s datos aparentemente dispersos que se le vienen encima para rescatar algunos elementos que le permitan actuar, ejercer su rol profesional o al menos sentir que la consulta no se ha desaprovechado del todo.

Pero en muchas ocasiones este esfuerzo no se ve recompensado, porque no es fácil entender bien qué es lo que esta persona cuya vida es tan diferente a la nuestra nos está pidiendo, qué nos está presentando delante de nuestros ojos, en qué quiere que intervengamos... Se va por las ramas, cuesta seguir su discurso, incluso nos puede hacer dudar de que éste pueda tener alguna coherencia...

Esto suele ocurrir sobre todo cuando hay poco tiempo para hablar, o cuando no se establece un clima propicio para la comunicación. Porque cuando el tiempo se expande y las ganas de comprender vencen a las de intervenir, las cosas van cambiando poco a poco. Frente al barullo inicial va surgiendo con más fuerza la realidad  que esa persona trae consigo, su manera de mirar, de sufrir, de luchar, su necesidad de compartir todo eso... Todo eso... Y no tan sólo un aspecto concreto, delimitado y bien definido dentro del campo sanitario.

...

Finalmente, si el tiempo y la disposición dan lo suficiente de sí, podemos terminar descubriendo que lo que se nos quería manifestar y hacer presente era su propia persona. Tal cual. Y la necesidad de ser reconocida como tal. Ni recetas, ni consejos. Simplemente verse reflejada en los ojos de un otro, sentirse humana, digna. Nada más. Y nada menos...

Arriesgar...

En el interesante análisis que ofrece Roberto Espósito sobre la relación entre filosofía y biopolítica en su libro Bios, el autor profundiza especialmente en el pensamiento de Nietzsche y Foucault cómo principales anclajes de la concepción actual de este término.

Yo de Nietzsche guardo poco más que la imagen deformada que de su pensamiento me hice al estudiarlo en el instituto, aunque posteriormente me he ido encontrando con algunos fragmentos suyos o análisis que otr@s hacían de su obra que me han sorprendido y dado ganas de entender mejor su propuesta. 

Así ocurre con un párrafo que Espósito rescata de Humano, demasiado humano, titulado "Ennoblecimiento a través de la degeneración". En él, Nietzsche, sitúa en el centro del cuadro una comunidad estable, consolidada, y  habla de cómo esta estabilidad puntala el instinto de conservación, amenazando así su capacidad de innovación, de transformación, de apertura a lo nuevo, de creación. Se encierra, bloqueando toda posibilidad de vínculo con el exterior (¿para que salir afuera cuando en el adentro se alcanza el equilibrio?) y replegándose sobre sí misma.

¿De dónde puede surgir el espíritu, el acto transformador? De aquell@s que, formando parte de la comunidad, no participan del equilibrio de esta, de l@s más débiles, de aquell@s a l@s que les merece la pena arriesgar, porque tienen más que ganar que perder.

Y así, según Nietzsche,se abre dentro de la comunidad una herida a través de la cual se inocula algo nuevo a la comunidad entera, haciéndola avanzar, desarrollarse, transformarse.

Curioso texto viniendo de alguien que en otr@s much@s machaca a l@s más débiles...

Al mismo tiempo, no puedo evitar pensar cómo este punto de vista puede dar luz a tantos modos de actuar frente a l@s más pobres. Visto así, ell@s son la mayor amenaza hacia el status quo, ell@s tienen la mayor capacidad para asumir riesgos y transformar. Así, no es extraño que se desarrollen tantas políticas que, por su asistencialismo y su falso empoderamiento de aquell@s que son amenaza, terminan incapacitándoles para generar cambios, para agitar la quietud de las aguas. 

De esta manera se consigue que hasta el más pobre de nuestras sociedades tiene mucho que perder si se arriesga a abrir la herida: ayudas, pagas, libertad (o mejor dicho, no intervencionismo externo), familia...

Así, tod@s quiet@s...

4 nov 2010

¿Abaratando costes?

Juan Luis envía esta información aparecida en CAS-Madrid, y que aporta bastantes datos interesantes sobre la "supuesta" disminución de costes al introducir al sector privado en la sanidad pública.



Canadá: el ex ministro británico de sanidad, Frank Dobson reconoce que la privatización resulta más cara


2010-11-03


Inglaterra: pruebas convincentes de que la privatización cuesta más caro


El ex-ministro británico de Sanidad es categórico: privatizar más significa aumentar el costo. Frank Dobson fue el principal conferenciante de la Reunión nacional del sector sanidad del Sindicato canadiense de la función pública (SCFP) que tuvo lugar el 21 de octubre en Victoria (Columbia Británica).


Extractos de su discurso:


La atención privada no es más barata


“El lobby del mercado libre continúa diciendo que hay que cambiar al sistema privado, como si eso pudiera hacer más asequible la atención sanitaria, lo que es falso. Dicho cambio no reducirá ni el número de personas mayores ni los gastos suplementarios asociados a cierto tipo de tratamientos. El único medio del que dispondría la medicina privada para reducir el número de mayores consistiría en dejarlas morir antes, y el único medio de disminuir el coste de los tratamientos caros sería reservar su acceso a los ricos.”


“En realidad, como todos sabemos – y como lo confirman todos los estudios – la medicina privada provoca un aumento de costes.”Las intervenciones quirúrgicas cuestan más caro

Y dale con la osteoporosis...

Los años pasan y muchas cosas cambian, pero algunas permanecen... como el debate sobre la osteoporosis y los esfuerzos por vender y medicalizar utilizando este cartel tan manido. Merece la pena repasar la información que a este respecto ofrecen desde El Rincón de Sísifo.


3 nov 2010

Valores en Salud, Atención Sanitaria, VIH y Exclusión Social

Menuda mezcla, ¿no? Resulta que el año pasado, como proyecto de fin de Residencia en Medicina Familiar y Comunitaria, Jara Cubillo, Jesús Garrido y un servidor realizamos una investigación usando metodología cualitativa sobre valores en salud y percepción de la atención sanitaria en personas con infección por VIH seguidas en la UVAAD del Hospital Gregorio Marañón.

El perfil de l@s pacientes de esta unidad se caracteriza por ser personas que por diversas razones no acuden a las consultas "normalizadas". Bien sea por su situación de exclusión, por problemas de drogodependencias, por limitaciones de movilidad, por problemas de salud mental...

Para mi lo más llamativo de esta unidad es cómo se ha intentado adaptar a las circunstancias reales en las que viven estas personas, para así conseguir que nadie se quede fuera del tratamiento del VIH ahora que éste es accesible (al menos en España). Un esfuerzo muy interesante y que ha dado sus frutos, como demostraba una investigación que realizaron hace un par de años, en la que comparaban la eficacia de la Unidad con la de un tratamiento antiretroviral, obteniendo unos niveles tan altos como los de los presentados por los últimos fármacos sacados al mercado. Incluso en personas consumidoras activas de drogas, el perfil en principio más complicado.

Nuestra propuesta era tratar de descubrir algo más de estas personas atendidas en esta Unidad y que presentan una característica clave para nosotr@s de cara a buscar vías para hacer llegar la atención sanitaria a todo el que la necesite: el estar en situación de exclusión social. Así, nuestra búsqueda fue la de ver cuáles eran los valores que ell@s destacaban como importantes en el campo de la salud y rescatar qué características de la atención sanitaria merecen ser potenciadas según su experiencia.

Entrevistas, transcripciones, análisis, debates, acuerdos, escritos... Un gran esfuerzo, pero del que aprendimos mucho. Ahí va el trabajo, para quién lo quiera leer...

Valores en Salud y Determinantes de adherencia Al Tratamiento en Pacientes de La Uvaad


Y en versión pdf

31 oct 2010

Encerrar la vida...

La medicina se empeña en medir, en controlar, en vigilar, en prescribir...

La salud se encuentra al ampliar, al liberar, al  contemplar, al compartir...

La medicina se esfuerza en detectar, en limpiar, en prevenir, en tratar...

La salud se disfruta al aprender, al mezclar, al promocionar, al acompañar...

La medicina intenta identificar, aislar, proteger, predecir...

La salud se deja complementar, relacionar, exponer, transformar...

La medicina persigue alejar la enfermedad y la muerte...

La salud se abre a la creatividad, a la vida...



Siempre cerca, siempre distantes, pisándose el terreno y permitiéndose existir mutuamente...
Una compleja historia de encuentros y desencuentros, la suya...


Desigualdades y (Pro)vocación... La comunicación

Uno de los grandes problemas que se dan al estar frente a una persona con diferente nivel cultural, o con alguien que viene de otro país y no domina bien el castellano, es hacerse entender. Es algo mutuo, cuesta comprender lo que la otra persona plantea y, cuando ya nos hemos hecho una idea, nos esforzamos en tratar de comunicar nuestro consejo con la sensación de que algo (o mucho) se está perdiendo en el vacío.

Y esta es una dificultad que vemos venir desde los primeros momentos de la consulta, lo que enseguida genera tensión y hace aflorar las prisas por tratar de encontrar algo a lo que agarrarse, a lo que poder dar una respuesta lo más clara posible, con la esperanza de cumplir así con nuestro cometido.

No nos damos cuenta (o a lo mejor sí, y por eso nos quedamos al final con esa sensación tan peculiar de no saber muy bien lo que ha pasado) de que de esta manera cerramos las puertas a un diálogo real, tan necesario para entender como para ser entendido. Cerrando la comunicación a las primeras de cambio, con algunos elementos pillados al vuelo, lo único que conseguimos es generar la desconfianza que nace del no sentirse escuchado.

Y posiblemente sea esta una de las mayores necesidades de aquellos que viven en situación de pobreza y/o exclusión. Ser escuchadas, o mejor aún, sentirse escuchadas, descubrir que su palabra es importante, que es tomada en cuenta por otro/a y que a partir de ahí es posible avanzar hacia un mejor cuidado de su salud, por complicado que ésto resulte.

En una investigación que realizamos hace unos meses sobre la atención sanitaria a pacientes con infección por VIH en situación de exclusión social, al hablar sobre las características del buen profesional la mayoría resaltaban la importancia de la comunicación.

“Hay veces que ellos no pueden hacer nada. Es así y ya está. (…)¿Qué me van a dar? ¿Nolotil? ¿Un calmante? Eso ya me lo tomo yo, pero por lo menos que me escuchen, que sepan que me duele esto, que todas las mañanas me levanto así.”

“Te dejan expresarte, abrirte con ellos... (…)  te mandan un medicamento y te llaman por el móvil, cómo te encuentras y cómo estás?, y si la medicación que te han puesto te ha ido bien... O sea, es que profundizan, se preocupan por su paciente, médicos que merecen la pena estar con ellos y contar todos tus problemas.”

Escuchar y acoger lo que la persona que tienes enfrente necesita compartir, liberándote de la responsabilidad de una respuesta rápida. Lo primero es generar la confianza que permita que la otra persona se abra en la medida que quiera, pueda y necesite, y a partir de ahí que pueda expresarse con sus propias palabras, a su manera... Luego vendrá la labor de integración del mensaje recibido, de compartir dudas, incomprensiones... Si de ahí brota una respuesta, una propuesta de actuación para mejorar su situación, fenómeno. Pero si esto no se da, si el encuentro termina sin la posibilidad de aportar más que la escucha y la comprensión, fenómeno también. Lo más importante se habrá conseguido: generar un espacio de verdadero diálogo. Y eso, para aquellas personas que nunca son tomadas en cuenta, que siempre se sienten a disposición de otros que se creen más capaces, ya es algo sanador por si mismo. 

A larga, la confianza generada a través de esta relación, terminará dando muchos frutos. 

Y es que no se puede ir con prisas para intervenir en situaciones vitales tan complicadas y que están enraizadas en procesos muy largos, en toda una vida llena de dificultades y desencuentros. Pero eso será mejor hablarlo más tranquilamente en otro post. 


22 oct 2010

¡Cuidado con l@s visitador@s!

En diversos lugares se hacen eco hoy del estudio aparecido en PLoS Medicine sobre la relación entre la información dada por las farmacéuticas a los profesionales y la prescripción de medicamentos (resumen en español) por parte de los mismos. Es interesante constatar consecuencias tan lógicas como que la información ofrecida por las farmacéuticas aumenta tanto la cantidad como el coste de la prescripción, pero resulta muy significativo que además aparezcan datos que hablen de una prescripción de menor calidad. No sólo es que se gaste más, es que se aleja al profesional de la buena práctica. Por eso los autores del estudio concluyen que lo mejor que se puede hacer es mantenerse a distancia de estas informaciones.

Y así se podrán evitar intoxicaciones varias, como la de los genéricos sin ir más lejos.

19 oct 2010

Prevención con cabeza

 Hoy que cada Dia Mundial relacionado con la salud sirve de pretexto para un bombardeo mediático que publicita más que informa, merece la pena leer el siguiente post aparecido en el blog de Saludyotrascosasdecomer.

Hoy que se celebra el Día Internacional contra el Cáncer de Mama urge más que nunca contrarrestar estas noticias
  • El Sagrado Corazón hará mamografías gratuitas el próximo 19 de octubre. ABC.
  • Un 17% de españolas no acude a las revisiones con mamografía. El Mundo.
  • Sólo el 3% de las mujeres españolas practican la autoexploración mamaria adecuadamente. Qué.
  • La mamografía sigue salvando vidas. El nuevo Herald.
  • Con más recursos, la edad de inicio de esta prueba debería ser a los 40 años y seguir hasta los 80. La Voz de Galicia.
con estas otras que nunca saldrán como titular en los medios de comunicación:Feliz día contra el cáncer de mama. Efectivamente, es para tomárselo a pecho, pero a pecho descubierto

10 oct 2010

Desigualdades y (Pro)vocación... El conocimiento

Para llegar a sentarse en una consulta con el fonendo a cuestas hay que formarse durante muchos años en la universidad. El problema es que esta formación se basa demasiado en los libros y ofrece un refugio en la teoría que éstos brindan que termina dificultando el salto a la consulta real y concreta. Eso hace que ya con el título de licenciad@ en la mano sea necesario un tiempo también largo de formación más concreta y cercana a la realidad de la especialidad que cada un@ elija.

Esto no dejar de ser un reconocimiento de las carencias de la formación universitaria. En 6 años en la universidad debería dar tiempo a poder avanzar más en la formación de los futuros profesionales. Sin embargo, este paso por la institución universitaria durante un periodo tan largo, aunque flaquea en este sentido, no lo hace en otro quizás más importante en cuanto al estatus médico en la sociedad: avala al licenciado como alguien que ha realizado un gran esfuerzo por obtener el máximo de conocimientos posibles en su campo, distanciándolo así del resto de población sin formación sanitaria. Luego ya se corregirán los pequeños desajustes formativos a nivel práctico, pero por de pronto se refrenda su capacidad en cuanto a los conocimientos teóricos y se le otorga el lugar social que le corresponde.

Esto marca, tanto al profesional, que después de tantos años de formación puede tener dificultades para aceptar otras visiones diferentes de la recibida en la universidad, como a la propia concepción social sobre quién sabe y quién no sabe. Sabe el que estudia, y el que no es un ignorante.

Sin embargo, al acercarnos a personas que viven en situación de exclusión social, descubrimos que ignoramos mucho de su mundo, de su realidad. Y frente a esto surge el resorte de volverse de nuevo hacia la institución universitaria para que nos ilumine con sus conocimientos, volcados en libros, estudios, investigaciones...

Porque tras tanto tiempo de (de)formación, cuesta trabajo reconocer los diferentes tipos de conocimiento que cada un@ puede aportar. Desde la universidad y l@s formad@s en ella se puede ofrecer una gran riqueza  de conocimiento, pero éste tiene sus límites.

En el campo de la exclusión social, la pobreza, la inmigración... es necesario aprender a reconocer y dar el valor que tiene al conocimiento de aquell@s que viven esa realidad en primera persona. Un conocimiento anclado en su propia experiencia, en la herencia recibida de sus antepasad@s, en su propia cultura, en su propia manera de ver y entender la vida, en la reflexión que son capaces de elaborar a partir de todo ésto... Y este conocimiento avanza si se pone en diálogo con otr@s que viven situaciones semejantes y también con l@s que vienen de otros espacios sociales muy diferentes.

Por supuesto que este conocimiento que surge de la vida tiene también sus límites. Pero no están tan cerrados como solemos reconocer. Lo que pasa es que crear las condiciones que permitan dialogar estos diferentes tipos de conocimiento que provienen de fuentes tan diferentes no es fácil.

Pero tampoco imposible. Habrá que esforzarse por hibridar, por mezclar, por dialogar entre l@s diferentes para de verdad poder avanzar junt@s...

Para profundizar en los diferentes tipos de conocimientos, merece la pena leer los siguientes textos de Joseph Wresinski.